Todo este tiempo
Mi alma se había callado
Mi alma se había escondido
En las banalidades del ayer
Todo este tiempo el flujo incontenible de mi alma
Había cesado
Se había guardado para su preciso resplandecer
Ese lenguaje,
esa metáfora
ese dialecto de mi alma con el mundo
Se me había olvidado y hoy surge de entre las sombras
Regalándome un puñado de luz y saber
Aliento de vida, alimento del alma,
No dejes que esta continua búsqueda cese nunca
Ni que estas palabras se aquieten en mí
Exprímelas, avívalas, como el recuerdo de aquellos días
De aquellas mañanas de incontenible fuerza y letras
De aquellas noches de desvelo y anhelo insaciable
Aquellos mis sueños de poeta…